PREGUNTA: Cada vez que me corto el pelo o me tiño, mi pareja no se da cuenta. ¿qué hago?
RESPUESTA: Tenés que entender que existen zonas de tu cuerpo que pueden desaparecer por completo y tu pareja no se va a dar cuenta. Esto no es un defecto de los hombres, sino que es una virtud a la que, esta sociedad feminista, intentó desvalorizar. Por otro lado, otras partes de tu cuerpo son conocidas de memoria por tu pareja. Si querés un hombre que se dé cuenta de los cambios que realizás en tu figura, te invitamos a realizar la siguiente prueba: Acercate a una clínica esteticista y hacete las tetas, vas a poder notar que tu novio se va a dar cuenta del aumento de volumen antes que el mismísimo cirujano que te saque las vendas.
PREGUNTA: Mi pareja se saca los mocos, los redondea y luego los mira detenidamente.
RESPUESTA: El hombre tiene un sentido de la paternidad admirable, con todo menos con sus propios hijos, vale la aclaración. Cuando un hombre expulsa algo de su cuerpo, tiene la necesidad natural de reconocerlo. Es por esta razón que admira sus mocos, que detiene su vista en sus lagañas o que, a través del sentido del olfato, reconoce segregaciones, como oler sus manos cada vez que se rasca los sobacos, o alguna parte íntima. No permitirle al hombre realizar este tipo de prácticas es como ligarle las trompas a una mujer sin su consentimiento.
PREGUNTA: me compré un jean. Cuando se lo mostré a mi novio le dije: “¿te gusta?”, y él respondió: “sí, pero es un poco escotada tu remera nueva”. ¿¡Puede ser que no se de cuenta de nada!?
RESPUESTA: El problema no es que tu pareja no se de cuenta que lo nuevo es el jean y no la remera, el problema es la gran variedad que tienen las mujeres en ropa. Millones de tarjetas han reventado en la historia del capitalismo por el exceso consumo de parte de las mujeres de ropa. Deberían penalizar a aquellas que salen de un shopping con más de tres prendas. La economía masculina y mundial se ve gravemente afectada por esta adicción propia del género femenino. Por la presente, hacemos pública la iniciativa de “Tres Adanes” para presentar al parlamento un proyecto de ley que penalice a las mujeres que compren prendas de vestir con una frecuencia menor a 10 días.
PREGUNTA: Mi pareja olvida el nombre de mis amigas y siempre le tengo que explicar quién es cada una.
RESPUESTA: Otra virtud del hombre opacada por el fantasma del feminismo. Los hombres tienen la virtud de adjetivizar casi de manera instantánea. Para él tus amigas no tienen nombre, sino que tienen características. Proponemos algunos ejemplos de adjetivos que utilizan los hombres: la boluda, la colorada, la petera (siempre presente en un grupo femenino), la tetona o la que habla mucho más que el resto, porque está claro que todas hablan mucho. La zona del cerebro que se encarga de memorizar nombres propios se utiliza, en el caso de los hombres, para recordar el apellido de aquel volante por derecha del river del 74, de ese gran arquero de Ferro del 83 o de aquella cerveza checa que no conoce nadie, pero él recuerda su nombre.
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